En la vida diaria el estrés es algo con lo que muchas personas luchan debido a diversas razones. La buena noticia es que hay varias prácticas y técnicas que puedes aprender para ayudarte a regular tus emociones.
Una de estas técnicas las brinda mindfulness. La atención plena (o mindfulness) se refiere a la conciencia de lo que está sucediendo emocionalmente, aquí mismo, ahora mismo, dentro de tu cuerpo y mente. Prueba este ejercicio de meditación de atención plena de cinco minutos varias veces a la semana. Con la práctica comenzarás a exudar calma, seguridad y confianza en cualquier situación.
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Descansa las manos en la parte superior de los muslos con las piernas separadas a la altura de las caderas y los pies apoyados en el suelo. Relaja tus párpados, permitiendo que tu mirada se suavice y descanse desenfocada. Respira profundamente, inhalando por la nariz y luego exhalando con los labios fruncidos, como si estuvieras dejando salir suavemente el aire de un globo. Inhala mientras cuentas hasta seis y luego exhalas mientras cuentas hasta siete.
Deja de contar y permite que tu respiración adquiera un ritmo natural y fácil. Presta atención a cómo se siente tu respiración, ni demasiado profunda ni superficial, y compárala con tu cadencia habitual. Sintonízate con la sensación de subida y bajada de tu cuerpo desde el vientre hasta los hombros.
Continúa siendo consciente de tu respiración. Si te vienen a la cabeza pensamientos aleatorios (tareas de trabajo, diligencias, plazos), no los expulses ni te demores en ellos. En su lugar, imagina cada uno como una nube inofensiva flotando. Esto te ayuda a reconocer los pensamientos y preocupaciones de la mente sin responder a ellos emocionalmente. Si un pensamiento aún no se aleja de tu mente, tómate unos segundos para reconocerlo y luego vuelve a concentrarte suavemente en tu respiración. Si esto vuelve a ocurrir, simplemente repite el proceso sin juzgar ni reaccionar. Son solo nubes que flotan en nuestro campo de conciencia.
Libera tu enfoque y simplemente siéntate. Recuerda que no hay nada que arreglar, nada que hacer y nada que cambiar.
Piensa en algo por lo que estés agradecido, como pasar tiempo con amigos o incluso tener la oportunidad de meditar en ese momento. Luego, haz una transición gradual de sus pensamientos a cómo te sientes físicamente; el estado relajado de tus músculos y la estabilidad de los latidos de tu corazón. Abre los ojos, inhala profundamente y luego exhala.
A continuación te dejamos un video para que te sirva de guía si quieres hacer esta breve meditación de mindfulness.
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